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Audición y lenguaje - Logopedia en casa

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Dificultades del lenguaje. Hipoacusia - Sordera

La audición es la vía principal a través de la que se desarrolla el lenguaje y el habla. Cualquier trastorno en la percepción auditiva del niño, a edades tempranas, va a afectar a su desarrollo lingüístico y comunicativo, a sus procesos cognitivos y consecuentemente a su posterior integración escolar y social.
A  la hora de hablar de alumnos con discapacidad auditiva, podemos clasificarlos en dos grandes grupos:

Alumnos con Sorderas: Cuando su  pérdida auditiva es de tal grado que sus restos auditivos no  son aprovechables y se encuentra incapacitado para adquirir la lengua oral por vía auditiva, convirtiéndose la visión en su principal canal de comunicación.

Alumnos con Hipoacusia: Aquellos que aun padeciendo una pérdida de audición, son capaces de adquirir por vía auditiva el lenguaje oral y utilizar el mismo de manera funcional en su proceso comunicativo, en algunos casos necesitarán algunas prótesis adecuadas.

Clasificación de las pérdidas auditivas.

Por el momento en que tuvo lugar la pérdida o aparición:

  • Prelocutiva: La pérdida ocurre antes de que el niño adquiera el habla, por tanto el niño o la niña es incapaz de aprender a hablar en el caso de sorderas graves o profundas.
  • Postlocutiva: Posterior a la adquisición del habla, la consolidación del lenguaje ya se ha efectuado, produciéndose de manera progresiva alteraciones fonéticas y prosódicas así como alteraciones de la voz.
     

Por la localización de la lesión:

  • Sordera neurosensorial o de percepción: Alteraciones que tienen lugar en el oído interno  en la vía nerviosa auditiva. Afectan a la cantidad y calidad de la percepción del sonido .Cuando hay una lesión en el oído interno o en el nervio auditivo. Este tipo es permanente.
  • Hipoacusia de transmisión o de conducción: Alteraciones que tienen lugar en el oído externo y/o medio. Afectan a la cantidad de sonido.
  • Sordera mixta: Cuando están afectados simultáneamente el oído externo o medio y el interno.
     

Por el grado de pérdida auditiva:

Según la Clasificación BIAP (Bureau Internacional d´Audio- Phonologie) la audición normal se sitúa entre 0-20 decibelios.

  1. Pérdida Ligera: Entre 20-40 decibelios de pérdida. El lenguaje no se verá afectado y sólo aparecerán pequeñas alteraciones fonéticas, dislalias y dificultades de aprendizaje. Aunque el niño puede oír, tendrá dificultades para comprender todo lo que oye, sobre todo en ambientes ruidosos, dentro del aula, situaciones de grupo. Presentará dificultad para percibir la voz baja o sonidos lejanos de baja intensidad. Pueden ser dispersos, con baja atención.  En muchos casos la discapacidad auditiva es transitoria, como consecuencia de un proceso infeccioso.
     
  2. Pérdida Media: Entre 40-70 decibelios de pérdida. Puede existir un lenguaje empobrecido,  el lenguaje puede desarrollarse de forma espontánea, aunque presentará retrasos en su evolución. Existen dificultades de comprensión ya que no se percibe la palabra hablada a intensidad normal.  Se puede producir algún retraso en el aprendizaje y dominio de la lectoescritura. Pueden pasar por niños desobedientes o rebeldes, porque no siempre responden a las órdenes. Pueden presentar aislamiento social y dificultades comunicativas, alterándose en ocasiones su integración en el grupo de clase. Requieren el uso de prótesis auditivas.
     
  3. Pérdida Severa: Entre 70-90 decibelios de pérdida. El lenguaje  no se desarrolla de forma espontánea. Sólo se oye la voz a intensidades muy elevadas. Requieren el uso de prótesis auditivas, así como apoyo logopédico para el desarrollo del lenguaje. Presentará graves problemas en la comprensión y expresión del lenguaje oral. Se presentarán problemas para estructurar adecuadamente el lenguaje oral como escrito.
     
  4. Profunda: Más de 90 decibelios de pérdida. Debido a la ausencia de estimulación auditiva, pueden existir alteraciones importantes en el desarrollo global. Están  afectadas las funciones de alerta y orientación. La estructuración espacio-temporal y el desarrollo social. Imprescindible el uso de prótesis auditivas y el apoyo logopédico para que pueda desarrollase el lenguaje oral. 
     
  5. Cofosis: Implica una pérdida superior a 120 decibelios. Pérdida total de la audición. Se puede decir que son pérdidas excepcionales.

Detección de las pérdidas auditivas.

Bebés - Edad preescolar 

Pruebas para niños pequeños que aún no tienen lenguaje. Sugerencias y  actividades que podemos hacer en casa:

  • Colocarnos detrás del bebé, dar una palmada fuerte y observar los ojos y la reacción del niño. Tener en cuenta si el niño se da la vuelta por sentir el aire de las manos al dar la palmada o que el suelo es de entarimado y siente los pasos y movimiento tras él.
  • Podemos arrugar un papel, produciendo un ruido constante y observar si gira al cabeza y observa.
  • Podemos poner música a un volumen alto y observa las reacciones del niño por ejemplo parpadeo, sobresalto.

Estas pruebas nos indican que algo no está bien pero no son suficientes, por ello será necesario hacer un estudio. Si tenemos dudas deberemos acudir al pediatra para que evalúe la asistencia al audiólogo.
Informar al pediatra especialmente si el embarazo fue de riesgo, si padeció rubeola, si hay antecedentes familiares  etc. para hacer un buen estudio ante la duda.

Las pérdidas auditivas se presentan de muchas formas, no solo es un problema de volumen sino también de claridad y la reacción al sonido depende de la intensidad de éste y de la distancia a la fuente sonora.
 

Edad escolar

Existe un amplio colectivo de niños que presentan en edad escolar problemas auditivos, unos son permanentes y otros transitorios que son difícilmente detectables porque no existe la dificultad manifiesta de acceso a lenguaje oral a la que se enfrentan quienes nacen con  sorderas prelocutivas severas y profundas.
Generalmente, las perdidas auditivas profundas y severas pueden ser detectadas fácilmente, ya que el alumno/a presenta importantes dificultades en el desarrollo lingüístico. En cambio, las pérdidas ligeras o moderadas, sobre todo si son postlocutivas (adquiridas con posterioridad a los tres años, aproximadamente) pueden pasar más fácilmente desapercibidas, debido a que, en muchos casos, apenas se observan dificultades en la producción oral.
En cualquier caso, será preciso consultar al médico especialista o pediatra, si se observa que el niño/a presenta algunas de las pautas de comportamiento reseñadas a continuación.
 

Algunos Indicadores de Pérdida Auditiva Postlocutiva:

  • Dice mucho ¿QUÉ? Pregunta con mucha frecuencia “qué has dicho”.
  • Al llamarle a veces responde y otras no. “Responde cuando quiere”.
  • A veces parece que entiende y otras no.
  • Le cuesta la comprensión de consignas: seguir las explicaciones en clase.
  • Tiende a fijarse en los labios y en la cara cuando se le habla.
  • Cuando el profesor da instrucciones para la realización de la tarea tiende a mirar a su alrededor para ver que hacen los otros niños y niñas.
  • Se distrae con facilidad: va “mucho a su aire”. No responde en ambientes ruidosos.
  • Le duelen con frecuencia los oídos, se resfría a menudo y presenta mucha mucosidad.
  • Muestra dificultades para identificar la procedencia de los sonidos.
  • En los dictados pueden aparecer sustituciones, omisiones o distorsión de palabras.
  • Su voz es demasiado fuerte o demasiado débil.
  • En lecturas colectivas suele perderse.

Prevención de las pérdidas auditivas.

Las infecciones en los oídos son las enfermedades más comunes en los bebés y los niños pequeños. Con frecuencia, la infección afecta el oído medio y se denomina otitis media. Los tubos dentro de los oídos se tapan con fluidos y moco. Puede afectar la audición, ya que el sonido no puede pasar a través de todo ese fluido.

Las amígdalas y las adenoides son parte del sistema linfático. Algunas veces,  se infectan. Las adenoides inflamadas pueden ser dolorosas, dificultar la respiración y causarle problemas en los oídos.

Una de las causas de pérdida auditiva: Hipoacusia por otitis seromucosa (pérdida transitoria).

Es  muy importante tener una buena higiene nasal, para ello será preciso enseñarles a sonarse desde pequeños. En un correcto sonado de nariz, el niño debe de taparse una fosa nasal mientras se sopla por la contraria, y después al revés. Un sonado a la vez por los dos lados puede provocar que el moco retroceda por las Trompas de Eustaquio hacia los oídos, pudiendo dejar un acúmulo de moco en ellos, siendo cauda de pérdida auditiva.

Evitar automedicaciones que pueden derivar en una pérdida auditiva ya que hay medicamentos que son ototóxicos  y pueden dejar secuelas irreversibles.
 

¿ Quién nos puede ayudar?

En el ámbito sanitario:

  1. El pediatra, puede detectar una posible pérdida auditiva en vuestro hijo. Derivará al médico O.R.L.
  2. Médico O.R.L. Detección precoz de la sordera:
  • Pruebas audiológicas     
  • Diagnóstico y orientación médica.
  • Valoración audiológica.
  • Tratamiento médico o quirúrgico en los casos susceptibles.
  • Prescripción de prótesis auditivas.
  • Revisiones periódicas.
     

En el ámbito educativo:

  • Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica
  • E.O.E.P. Específico  De Atención A Deficientes Auditivos:
    • Valoración psicopedagógica.
    • Información y orientación educativa sobre la modalidad de escolarización.
    • Asesoramiento y apoyo a los Equipos Generales y al profesorado.
  • Profesores Especialistas En Audición Y Lenguaje ( Logopedas):
    • Valoración y rehabilitación.
    • Apoyo pedagógico especializado.
    • Asesoramiento.

La intervención educativa ha de comenzar tan pronto como se confirme el diagnóstico. El equipo Psicopedagógico y el logopeda deberán informaros y orientaros sobre las opciones educativas más convenientes: Integración, Centros específicos.
 

En el ámbito social:

  • Servicios Sociales:
    • Asesoramiento.
    • Obtención de la calificación de minusvalía.
    • Prestaciones económicas y técnicas.
    • Otros servicios profesionales.

Normativa

Normativa en la que se enmarca la atención educativa del alumnado con deficiencia auditiva:

  • Ley Orgánica 2/2006,de 3 de mayo, de Educación.
  • R.D. 696/1995 de 28 de abril, de Ordenación de la Educación de los alumnos con N.E.E.
  • Orden de 14 de febrero de 1996, por la que se regula el procedimiento sobre la Evaluación Psicopedagógica, el dictamen de escolarización y criterios para la escolarización de los alumnos con N.E.E.
  • Real Decreto 1513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación primaria.
  • Real Decreto 1538/2006, de 15 de diciembre, por el que se establece la ordenación general de la formación profesional del sistema educativo.
  • Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación infantil.
  • Real Decreto 1631/2006, de 31 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación secundaria obligatoria.
  • Real Decreto 1467/2007, de 2 de noviembre, por el que se establece la estructura básica del bachillerato y se fijan sus enseñanzas mínimas.
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