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Entrevista a Eduardo García Llama, alcobendense y jefe de Controladores de Vuelo de la NASA

Esta semana, coincidiendo con la celebración de la Semana de la Ciencia, hemos dedicado nuestra sección Alcobendenses con talento del SieteDías a Eduardo García Llama, jefe de Controladores de Vuelo de la NASA. Aunque lleva más de 20 años trabajando en Houston, en el Centro Espacial Johnson, todos los años regresa un par de veces a nuestra ciudad, a lo que él llama “el hogar” junto a su madre y su hermano.
Esta es la charla que tuvimos la suerte de mantener con él hace unos días.
SieteDías: Tú naciste en Valencia, pero ¿cuándo viniste a vivir a Alcobendas?
Eduardo: Tenía cinco años cuando nos mudamos a Madrid y diez cuando nos fuimos a vivir a Alcobendas. Al principio seguía estudiando en “Los Salesianos” pero me cambiaron al Colegio Isabel Rosillo. Después estudié el bachillerato en el Instituto Giner de los Ríos y tras hacer la carrera de Física, en la Universidad Autónoma de Madrid, conseguí trabajo en uno de sus departamentos. Mientras, seguía viviendo en Alcobendas. Luego me marche a Países Bajos y de ahí a Houston pero cuando vengo a España, Alcobendas es el hogar, ya que aquí siguen viviendo mi madre y mi hermano.
SieteDías: ¿Qué recuerdas de tu infancia y juventud en nuestra ciudad?
Eduardo: Tengo muchos recuerdos. Mi colegio, el Isabel Rosillo, que era un colegio muy humilde y el parque al que íbamos a jugar en frente de nuestra primera casa, por la Calle Salamanca. También me acuerdo mucho de las partidas de frontón con los amigos en el Polideportivo José Caballero, que estaba muy bien y donde también íbamos a la piscina municipal. Y cuando nos cambiamos a vivir a la zona de Valdelasfuentes donde todo era un descampado enorme. Y, ya algo más mayor, cuando empezamos a salir y a ir de discotecas, me acuerdo de una que se llamaba Desguace.
SieteDías: ¿Cuándo empezaron a interesarte la física y el espacio?
Eduardo: Desde pequeño siempre he querido trabajar en el Programa Espacial Tripulado de la NASA. Eran esos primeros sueños con los que fantaseas un poco. Como querer ser comandante de una nave espacial. Lo que no esperé nunca es que se acabara haciendo realidad. Y, no solo trabajar en la NASA en ese programa, sino hacerlo como Jefe de Controladores de Vuelo de la nave con la que ahora la humanidad va a volver a la luna.
SieteDías: Antes de la NASA, estuviste también en la Agencia Espacial Europea.
Eduardo: Sí. Estuve dos años en Países Bajos con una beca de formación de personal investigador en el extranjero que concedían el Ministerio de Educación y Ciencia y el CEDETI, Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación. Creo que este fue uno de mis primeros éxitos ya que la beca la solicitaba mucha gente y solo concedían siete. Yo elegí la Agencia Espacial Europea para investigar en temas espaciales y aeroespaciales.
SieteDías: Y ¿cuándo llegas a la NASA?
Eduardo: Cuando acabó la beca a los dos años, la Agencia Espacial Europea comenzó un programa de colaboración con la NASA para desarrollar una nave de rescate de astronautas de la Estación Espacial Internacional Yo fui seleccionado para ir a Houston al Centro Espacial Johnson para incorporarme a ese programa porque todo se hacía desde allí. Eso fue en el año 2000.
SieteDías: ¿Qué tal terminó ese programa de colaboración?
Eduardo: Duró hasta finales del 2003 pero se canceló sin haber terminado. Fue una pena... Teníamos ya la nave casi hecha. Yo era el responsable del guiado orbital y mi sistema ya estaba diseñado y desarrollado. Entonces los otros ingenieros europeos, se marcharon.
SieteDías: Y tú te quedaste…
Eduardo: (Eduardo se ríe). Sí, la NASA me dijo que si quería quedarme y me quedé.
SieteDías: ¿Cómo fue ese momento en el que ya te ves en la NASA?
Eduardo: Bueno, ya trabajaba integrado en sus equipos al estar en el proyecto de colaboración de la Agencia Espacial Europea y cuando se vio que el proyecto acababa ya se rumoreaba que querían quedarse conmigo. Fue una situación que se generó poco a poco. Lo que sí recuerdo como un momento de mi vida especial e intenso es el primer día que vine al Centro Espacial Johnson, con la Agencia Espacial Europea, para trabajar en el Programa Espacial Tripulado. Solo tenía 27 años y cuando acabaron las reuniones les dije que necesitaba hablar con mi familia. Recuerdo muy bien esa llamada a casa, a Alcobendas. Se pusieron mi madre y mi hermana y yo les dije. “Hola, os llamo desde la NASA”. Me emocioné muchísimo entonces y me sigo emocionando al recordarlo.
SieteDías: Y después de ese día, has vivido otros momentos muy emocionantes como conocer a los astronautas Neil Armstrong y a Buzz Aldrin, ¿verdad?
Eduardo: Bueno… El día que conocí a Armstrong y a Aldrin fue increíble e inesperado. Los conocí al salir del servicio durante un acto en recuerdo a otro astronauta que había fallecido. Y como en esa época no había móviles con cámara pues no tengo ninguna foto de ese momento, pero lo guardo en mi memoria. Encontrarme así, de repente con ellos, charlar… Y, después, cuando fuimos a lo que se conoce como Memorial Park, un parque en el Centro Espacial Johnson donde se planta un árbol en recuerdo a los astronautas, fui detrás de ellos viendo como charlaban de sus cosas y yo pensaba: “Eduardo, que estos son los dos primeros seres humanos que caminaron sobre la luna y están aquí, delante de ti”. Fue otro momento único.
SieteDías: Ahora tú también eres ya otro protagonista de la historia del hombre en el espacio. En noviembre del año pasado, durante la misión Artemis I sin tripulación que supuso el regreso de la NASA a la exploración lunar, ya fuiste el Jefe de Controladores de Vuelo.
Eduardo: Así es. Además de jefe de controladores también estoy certificado para dar apoyo desde tierra y estar en el control de la misión durante un vuelo. Y sin duda, mi primer turno en la misión Artemis I fue el momento que supera a todos los demás. Nosotros entramos en “modo vuelo”, con apoyo de tierra, siete días antes del lanzamiento y la “cuenta atrás” empieza realmente para nosotros como dos días antes en los que tenemos que comprobar muchísimas cosas. Ese primer turno es muy especial porque es para lo que te has estado preparando durante mucho tiempo. Recuerdo ir de noche, como a las 3 de la mañana. No había nadie en la carretera y pensaba, venga, voy a hacer el primer turno para una misión que vuelve a la luna después de 50 años. Muy impactante y fue, además, un turno complicado en el que tuve que tomar decisiones difíciles.
SieteDías: De hecho, recibiste un premio tras ese turno…
Eduardo: Sí, porque descubrí un fallo. Vi una señal de telemetría en el monitor, durante una fracción de segundo, en la que una señal cambió de color verde a amarillo y me pareció sospechoso. Y lo descubrí el día antes de lanzar la nave que, en ese momento, estaba en el cohete, en la plataforma de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy, en Florida, mientras yo estaba en Houston y tenía que decidir si ese fallo suponía una limitación para lanzar la misión. Yo en mi puesto de control cuento con gente de apoyo pero la decisión la tengo que tomar yo y, finalmente, decidí que sí se podía lanzar. Fue un turno larguísimo y muy intenso.
SieteDías: Y ¿cómo viviste el regreso de la nave a la Tierra días después?
Eduardo: Me invitaron junto a otros “manager” del programa a ver el regreso desde la Sala Visionado dentro de la Sala de Control de Operaciones de Vuelo, esa sala que hemos visto todos por la tele. Había mucha gente. Estaba el director de la NASA, el director del programa Artemis, del programa ORIÓN, otros ingenieros... y mi equipo estaba en el control apoyando la reentrada en la que todas las decisiones se toman en tiempo real y todo sucede muy rápido. Y hay un momento en la reentrada en el que se va la comunicación y en la imagen tú ves que hay helicópteros sobrevolando, aviones de vigilancia que intentan detectar la nave y la toma de televisión la busca en el cielo. Y, entonces, aparece con los tres paracaídas desplegados y esa es la imagen para la que has trabajado tantos años y es un vuelco de emociones, pero solo para la gente que no está en el control de la misión. En el control no sientes nada, eres muy profesional. Pero en la Sala de Visionado sí puedes dar salida a todos esos sentimientos y la gente lloraba de emoción. Fue un momento espectacular.
SieteDías: Y ahora ya estáis trabajando en la misión Artemis II que sí llevará tripulación.
Eduardo: Sí, esta misión creo que se lanzará a principios de 2025 con cuatro astronautas que ya se han elegido hace unos meses y han empezado los entrenamientos. Durará como diez días en los que se va a hacer una circunvalación de la Luna. Se trata de demostrar ya todos los sistemas de sustento vital y de control manual de la nave con tripulación. Yo también soy el responsable del control en esta misión que tiene ya más carga y responsabilidad, si cabe, ya que en ella van seres humanos.
SieteDías: Y mientras tanto, ¿cómo es tu vida en Houston?
Eduardo: Pues es una vida normal. Yo vivo en una zona residencial que está como a media hora en coche. Y, cada día, voy y vuelvo al trabajo. Es verdad que es intenso pero como muchos otros trabajos y, sí que es cierto que, cuando se acerca la época del lanzamiento todo se vuelve urgente y crítico y hay muchos turnos de entrenamiento. Tenemos que pasar pruebas y “simulaciones integradas” que pueden durar varios días, turnos de noche… Pero no es así todo el tiempo. También dedicamos tiempo para hacer entrevistas que entendemos como parte del trabajo ya que un componente importante de la misión es llegar al público.
SieteDías: ¿Cuándo vuelves a Alcobendas?
Eduardo: Suelo ir un par de veces al año y una de ellas será ahora, en Navidad. Así que pronto estaré por allí unos días para estar con mi familia.
Desde Alcobendas deseamos a Eduardo mucho éxito en esta nueva misión y le esperamos, muy pronto, en la redacción del SieteDías para recoger el ejemplar de esta semana con el artículo que le hemos dedicado con mucho cariño y muy orgullosos de que un alcobendense forme parte ya de la historia del hombre en el espacio.



