Lunes, 30 de enero de 2023
Celos entre hermanos

Los celos entre hermanos son muy normales, aunque conviene limitarlos para evitar sufrimientos innecesarios.
¿A qué se deben los celos?
Normalmente se deben a un sentimiento imaginario de perdida de afecto de los padres, en especial de la madre.
Es muy frecuente que aparezcan tras la llegada de un hermano o hermana y a la aparente predilección de la madre por él.
Son más frecuentes en los primogénitos, y cuando hay mucha diferencia de edad entre los hermanos, en niños sobreprotegidos y en hogares con intensa rivalidad entre los adultos.
¿Cómo manifiestan los niños y niñas los celos?
Los hijos o hijas celosos pueden manifestar los celos de diferentes maneras:
• Hostilidad y agresividad hacia el hermano o hermana: cuando el pequeño o pequeña no está acompañado puede darle golpes, mordiscos, pellizcos, empujones o cualquier cosa que le haga daño, sobre todo. A veces muestra protección del pequeño.
Con los padres, en especial con la madre, se muestra desobediente, de mal humor y se dirige a ella con palabras y frases agresivas.
• En ocasiones puede aparecer pérdida de control esfínteres, tics nerviosos, dolor de cabeza….
• Pueden presentar “vigilancia” de la madre, aislamiento en el domicilio, o conductas de infantilismo o de regresión (chuparse el dedo, solicitar ayuda para vestirse o comer…)
¿Qué debemos hacer los padres?
- Antes del nacimiento: los padres deben mostrar casi indiferencia al futuro próximo, deben estar tranquilos y nunca deben hacer chantaje emocional con el futuro nuevo miembro de la familia.
- Durante el nacimiento: intentar que el niño no salga del hogar esos días; si es necesario que alguien lo cuide durante la hospitalización de la madre, es más conveniente que alguien vaya a la casa a cuidarle. Se recomienda, que el niño pueda ir al hospital el mismo día del nacimiento para ver al nuevo miembro de la casa y a la madre. Sería bueno que fuera el padre quien acompañara al niño en esta visita y que se respetaran unos momentos de intimidad, evitando la presencia de terceras personas.
- La vuelta a casa: lo más recomendable es que ésta sea cuando el niño esté fuera (clase, parque…). El niño o niña, debe poder ver y tocar al pequeño, para así disminuir la ansiedad y la curiosidad. La madre debe animarle a ayudarla, sin presionarlo (como si fuera un juego, nunca una obligación)
- Los primeros días: no añadir cambios esos días (un hermano o hermana ya cambia suficiente la vida del niño). Se deben evitar regalos de compensación, para que no tenga celos. En el caso de que quiera tomar biberón o chupete, debe negársele con firmeza pero sin darle mayor importancia.
- Posteriormente, es muy importante marcar las diferencias entre los hermanos y dar a cada uno lo que necesite en cada momento. Cada hijo es distinto, en todo; incluso los gemelos. Por lo tanto, hay que diferenciarlos y tratarlos de acuerdo con su manera de ser, para que cada uno pueda descubrir su propia identidad.